A veces, la calidad de algo es dificil de medir. A veces simplemente te tienes que dejar llevar por una sonrisa, una mirada o ese «nosequé» en el estómago para discernir si algo te gusta o no. A veces importa que le guste a otros. Muchas veces importa que le guste a Ella. A veces apetece compartir las risas, por que si estás sólo hacen demasiado eco, y no es lo mismo. Asi que estáis invitados a mirar, a reir, a sentir, y en fin, demás infinitivos que queráis añadir a lo que os vaya pareciendo los pequeños sorbos de esta cosecha de 1966.
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Muy chulo Adolfo, ánimo!